El duelo es la respuesta normal de una persona
ante una pérdida, las personas hacen el duelo por muchas razones
diferentes, que incluyen:
La muerte de un ser
querido, incluidas las mascotas.
Un divorcio o cambios
en una relación, incluidas amistades.
Cambios en su salud o la salud de un ser querido.
La pérdida de un trabajo o cambios en la seguridad
financiera.
Los cambios en su estilo de vida, como por ejemplo durante
la jubilación o cuando se muda a un nuevo lugar.
La pérdida que desencadena el duelo no siempre es física.
Puede experimentar el duelo si le diagnostican a usted o un ser querido una
enfermedad importante o se enfrenta a una grave enfermedad. Es posible que haga
el duelo por los planes futuros que había hecho o las maneras en las que va a
cambiar la vida.
El duelo es diferente para cada persona. Puede incluir
muchos síntomas emocionales y físicos, incluidos:
Sentimientos: Ira, ansiedad, culpa, confusión, negación,
depresión, miedo, culpa, irritabilidad, soledad, insensibilidad, alivio,
tristeza, shock o anhelo.
Pensamientos:
Confusión, dificultad para concentrarse, incredulidad, alucinaciones o
preocupación por loque se perdió.
Sensaciones físicas:
Mareos, ritmo cardíaco acelerado, fatiga, dolores de cabeza, hiperventilación,
náuseas o malestar estomacal, dificultad para respirar, opresión o pesadez en
la garganta o el pecho, o pérdida o
aumento de peso.
Comportamientos: Episodios de llanto, actividad excesiva,
irritabilidad o agresividad, pérdida de energía, pérdida de interés en
actividades agradables, inquietud o dificultad para dormir.
El duelo a veces se describe como un proceso de 5 etapas:
negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
En principio; el
duelo no puede ser considerado como un trastorno sino como un proceso natural
que acompaña a toda pérdida.
1.- Fase inicial o de evitación
Reacción normal y terapéutica, surge como defensa y perdura
hasta que el Yo consiga asimilar gradualmente el golpe. Shock e incredulidad,
incluso negación que dura horas, semanas o meses. Sentimiento arrollador de
tristeza, el cual se expresa con llanto frecuente.
2.- Fase aguda de duelo
Dolor por la separación, desinterés por el mundo, la rabia
emerge suscitando angustia. Trabajo penoso de deshacer los lazos que continúan
el vínculo con la persona amada y reconocer la ambivalencia de toda relación;
todas las actividades del doliente pierden significado en esta fase. Va
disminuyendo con el tiempo, pero pueden repetirse en ocasiones como los aniversarios
y puede durar 6 meses o más.
3.- Resolución del duelo
Fase final, gradual reconexión con vida diaria,
estabilización de altibajos de etapa anterior. Los recuerdos de la persona
desaparecida traen sentimientos cariñosos, mezclados con tristeza, en lugar del
dolor agudo y la nostalgia.
Aceptar la realidad de la pérdida.
Experimentar la realidad de la pérdida.
Sentir el dolor y
todas sus emociones.
Adaptarse a un ambiente en el cual falta el ser que murió,
aprender a vivir sin esa persona, tomar decisiones en soledad, retirar la
energía emocional y reinvertirla en nuevas relaciones.
Si bien el proceso de duelo no es una enfermedad o trastorno
en sí mismo puede llegar a convertirse en un conflicto para la persona si su
elaboración no es correcta.
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