viernes, 3 de febrero de 2017

EXCITACIÓN

Cuando nuestro cuerpo acentúa de forma importante la actividad fisiológica y el sentimiento de emoción se vuelve extremo. Esto puede ser a la vez tan potente como peligroso, tanto para nosotros como para los demás.
Los estados de excitación pueden ser positivos y negativos, ya que incluyen el incremento del miedo y la ira, pero también de la curiosidad y el amor. Son momentos en que nos sentimos de alguna forma abrumados por estos sentimientos, que nos impulsan a actuar, a menudo de manera irreflexiva.
Es un estado de mayor actividad, tanto en nuestra mente como de nuestro cuerpo, que nos hace estar más alerta.
La excitación actúa a lo largo de un espectro que va de bajo a alto. Podemos sentirnos un poco excitados, o extremadamente excitados.
La excitación es el resultado de la estimulación. Cuando somos estimulados adecuadamente, entonces nos excitamos. Por supuesto, con una mayor estimulación, nos excitamos más todavía.
Es una necesidad humana fundamental. En particular, cuando otras necesidades básicas como la seguridad o la posición social nos parecen que ya las hemos alcanzado, entonces parece que vayamos en busca de más emoción. Parece que siempre andamos en busca de más de lo que tenemos.
Puede ser tanto positiva como negativa en cuanto a experiencia. Por ejemplo, si es que algo nos resulta muy emocionante, o por el contrario, muy atemorizante. La falta de excitación también puede ser positiva o negativa, no es lo mismo la relajación que el aburrimiento
En la excitación, se incrementa nuestro estado de vigilia debido a que nos encontramos en un estado de alerta y atención. La excitación en este caso puede ser causada por una amenaza, donde la reacción de lucha o huida se activa.
El sistema endocrino estimula varias glándulas, en particular, la adrenalina, lo que aumenta el flujo de oxígeno y glucosa, dilata las pupilas (para que podamos ver mejor) y suprime los sistemas que no sean urgentes, tales como la digestión y el sistema inmunológico.
La excitación se propaga a través del sistema nervioso simpático, con efectos tales como aumento de la frecuencia cardíaca y la respiración para permitir una acción física intensa y rápida, y la transpiración para refrescar el cuerpo. También puede traer en otros casos acciones específicas, tales como la estimulación de la excitación sexual.
Excitación emocional es un proceso, lo que significa que ocurre como una secuencia en el tiempo. Comprender esto es un paso hacia la posibilidad de gestionar dicho proceso.
La excitación a menudo aparece a través de un desencadenante, que nos invade a través de uno de nuestros sentidos. Así, por ejemplo, la excitación puede pasar a través de:
  • Tacto: Un pinchazo, un beso o una caricia
  • Vista: Ver algo deseable o que nos produce miedo
  • Oído: Un ruido repentino o alguien que nos habla
  • Olfato: El olor evocador que desencadena poderosos recuerdos
  • Gusto: El sabor de comida maravillosa o desagradable
La excitación por lo general ocurre cuando el cuerpo libera sustancias químicas en el cerebro que actúan para estimular las emociones, reducir el funcionamiento cortical y, por tanto, el control consciente, y crear agitación física y la “preparación para la acción”.
Emociones que activan
La alegría, la felicidad, la ira, la frustración, el odio
Emociones que calman
La tristeza, la confusión, la vergüenza, la culpa
La excitación más intensa tiende a hacer que la gente quiera hablar y comunicarse más. De ahí que las personas hablen más cuando están alegres y menos cuando están tristes.
El efecto de la excitación
En situaciones de mucho estrés, entramos en la lucha interna y un intento de huida, pues las respuestas primitivas están diseñadas para mantenernos vivos entrando en movimiento.
En la excitación sexual, nuestros cuerpos se preparan para tener relaciones y el cerebro va a toda marcha en un estado de intenso deseo para la realización de este acto tan básico y primitivo.
En otros estados de la estimulación, las personas reportan sentimientos de “sentirse más vivos”.
Todos tenemos la necesidad de excitación en algún nivel y de que ésta nos invada en algún momento, por eso lo entendemos, en general, como un estado placentero que nos induce a ir tras él.
Incluso los estados negativos como el miedo y la ira tienen sus beneficios. Las personas enojadas indican que se sienten más poderosas, es como si nos devolviera a ciertos estados de omnipotencia infantil.
La gente temerosa puede acceder a ser consolada posteriormente. El miedo es también un factor común en muchas aficiones, sobre todo los deportes extremos, cuando la persona hace cosas deliberadamente para excitarse, o para aquellos que disfrutan viendo películas de terror.
En los estados de depresión ocurre lo contrario, se sufre por ser incapaces de sentir ninguna excitación, por no sentir interés alguno por nada o por no poder comprometerse con el mundo.

jueves, 2 de febrero de 2017

EXTASIS

La palabra éxtasis admite varios usos…
Por un lado es el término que más empleamos en el lenguaje corriente para dar cuenta del estado de ánimo que nos domina y que se destaca especialmente por un fortísimo sentimiento de alegría, felicidad, admiración y fascinación  intensa por algo o alguien que hace desaparecer cualquier otro sentimiento. Ejemplo: caer en éxtasis ante un cuadro.
También, en el ámbito de la religión la palabra éxtasis guarda una especial referencia, ya que para la religión católica, el éxtasis supone un estado de fusión completa con el alma de Dios que se destaca particularmente por la interrupción de las funciones del cuerpo.
Estado del alma, que se siente transportada fuera del mundo sensible. Ejemplo: los éxtasis de San Juan de la Cruz, de Santa Teresa.
Estado del alma caracterizado interiormente por cierta unión mística con Dios y por un sentimiento de felicidad, de gozo inefable y exteriormente por una inmovilidad casi completa y por una suspensión más o menos completa del uso de los sentidos.
Estado del alma enteramente embargada por un intenso sentimiento de admiración, alegría, etc.
Estado mental pasajero en el cual el enfermo se crea un mundo feliz completamente ajeno al que lo rodea.
Y por otra parte, el éxtasis también es una de las drogas más populares de los últimos tiempos que se caracteriza por provocarle a quien la consume alucinaciones de todo tipo.
También denominada como MDMA, Cristal y M, el éxtasis está clasificada como una sustancia psicoactiva que dispone de altísimas propiedades estimulantes y se distingue por su sabor amargo.
Entre los efectos que provoca esta droga revisten particular importancia los mencionados alucinatorios y también los efectos entactógenos que consisten en una inusitada apertura emocional y empatía afectiva para con el entorno inmediato que rodea al adicto en el momento de padecimiento de los efectos típicos.
Los efectos temporales que la ingesta de éxtasis provoca son variados, destacándose los siguientes: estado de euforia, dilatación de las pupilas, falta de control en los músculos del ojo, ausencia de sensibilidad, aumento del sentimiento de amistad y empatía para con los demás, hipertensión, entre otros.
 A comienzos del siglo pasado, en el año 1912, los científicos Jacobsohn y Mannish, sintetizaron de manera accidental el éxtasis por primera vez, en tanto, para el año 1976 ya se tenía en claro los serios efectos que acarreaba. Por tal situación, en el año 1985, se prohibió el consumo de éxtasis en los Estados Unidos y al tiempo, la Organización Mundial de la Salud, la incluyó en la lista de psicotrópicos carentes de uso terapéutico.
Las maneras más comunes de consumirla son a través de pastillas, en forma de cristales y de polvo de cristal.