domingo, 23 de julio de 2017

ESPANTO

La palabra espanto se refiere tanto a la acción como al efecto de espantar, palabra que proviene etimológicamente del latín “expavere” integrada por el prefijo “ex” que indica lo que sale o se exterioriza y por “pavere” que puede traducirse como miedo excesivo o terror, que nos induce una serie de reacciones que dependen de cada sujeto: gritar, correr, inmovilizarse, temblar, etcétera.
El espanto es una emoción que afecta a animales y a personas cuando ven aproximarse una amenaza grave que puede provocarles un enorme daño, objetiva o subjetivamente, ya que a veces la medida del terror que se infunde depende de cada sujeto en su vivencia personal y de las circunstancias del hecho, por ejemplo, si sentimos un grito contribuyen a causar espanto el hecho de estar solos, en un lugar oscuro y desconocido. El mismo grito si lo escuchamos desde nuestra casa, acompañados por familiares y con la luz prendida tal vez nos preocupe pero no nos aterrorice o espante.
Muchos atribuyen el terror o espanto a lo inexplicable, como cuando creemos ver fantasmas o voces que provienen del más allá.
El espanto es una dolencia causada por este terror que según una creencia mexicana evade el alma del cuerpo, provocando escalofríos, mareos, temblores, trastornos gastrointestinales, insomnio y hasta fiebre. El afectado recurre con frecuencia a curanderos para “limpiarse” de la afección.
Hay personas que se divierten causando espanto, y a otras les causa placer sufrirlo cuando saben que se trata de ficción como cuando leen novelas de terror o se mira una película de ese género. En la festividad de Halloween o noche de brujas, típica de la cultura anglosajona el espanto es el tema clave de la celebración.
También se aplica el término para hablar de algo muy grande, que excede lo usual, por ejemplo: “hoy tengo un hambre espantoso” o “es espantosa la cantidad de tarea que debo hacer para mañana”.


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