sábado, 22 de julio de 2017

ESPERANZA



La esperanza se define como uno de los sentimientos más positivos y constructivos que puede experimentar un ser humano. La esperanza es aquel sentir que hace que un individuo construya hacia un futuro cercano o lejano una situación de mejoría o de bienestar. Es decir, la persona dispone de total confianza al respecto que ocurrirá o sucederá aquello que espera. Para que tal sentimiento se haga presente, la persona debe contar con una actitud optimista, volviéndose entonces la esperanza en algo mejor, algo que por el contrario será muy difícil de sentir en casos de depresión, angustia o ansiedad.
Es un estado de ánimo optimista en el cual aquello que deseamos o aspiramos nos parece posible. En este sentido, la esperanza supone tener expectativas positivas relacionadas con aquello que es favorable y que se corresponde con nuestros deseos.
A diferencia del optimismo, la esperanza es un tipo de sensación que surge generalmente ante situaciones determinadas y específicas, mientras que el optimismo es más bien una actitud constante hacia el modo en que se desarrollan los eventos en la vida de cada uno. La esperanza puede aparecer y desaparecer de acuerdo a las circunstancias y, al mismo tiempo que nos consideramos esperanzados sobre la resolución de un tema particular, podemos no sentir lo mismo cuando las circunstancias cambian. La esperanza es entonces descripta como un estado de ánimo y no como una actitud hacia la vida, aunque ambas cosas (la esperanza y el optimismo) pueden complementarse.
La esperanza es lo contrario a la desesperanza, y, como tal, muchas veces sirve como asidero moral para no caer en el desaliento, para no perder la serenidad ni perder de vista aquello que se anhela alcanzar. De allí que la esperanza alimente positivamente nuestras aspiraciones.
La esperanza también puede ser encarada desde un punto de vista irreal o de fantasía. Esto sucede cuando estamos en presencia de personas que desarrollan un alto nivel de falsas esperanzas para manejarse en su vida cotidiana. Estas falsas esperanzas suelen caracterizarse por la falta de realidad o por no poder ser aplicables en la vida de todos los días, lo cual puede fácilmente llevar a la persona a sufrir todo tipo de desengaños, sorpresas y decepciones. También hay individuo que desencadenan en otros, por sus acciones y comportamientos, falsas esperanzas que por supuesto al descubrirse sumirán a la persona que depositó su confianza en él en un estado de decepción.
Del mismo modo, desde un punto de vista más pragmático, la esperanza se puede asociar con la idea vana de lograr cosas o realizar nuestros deseos, dejándolo todo a la espera y olvidando la acción, como si pudiéramos conseguir nuestros objetivos sin intervenir para su concreción.
La mitología griega explica el origen de la esperanza a través del mito de la caja de Pandora. Según cuenta la historia, Zeus, luego de que Prometeo le robara el fuego para dárselo a los hombres, se enfureció y regaló a Pandora, mujer del hermano de Prometeo, una caja donde estaban encerrados todos los males del mundo. Pandora, con una curiosidad innata infundida por los dioses, abrió la caja para ver su contenido y todos los males fueron liberados, pero la cerró rápidamente, quedando dentro únicamente la Esperanza.
Como esperanza de vida o expectativa de vida se denomina el tiempo medio de vida que a un individuo le queda por vivir. Como tal, se calcula considerando factores que afectan a los ciudadanos de un país, como la calidad de la medicina, la higiene y las guerras, entre otras cosas. En este sentido, se refiere únicamente a las personas que mueren por una muerte no violenta. Para los recién nacidos, por su parte, la esperanza de vida coincide con la duración media de vida en dicha población
En la religión cristiana, la esperanza es una de las tres virtudes teologales asentadas en la Biblia, junto con la caridad y la fe, según la cual se espera que Dios dé los bienes que ha prometido. Según Santo Tomás de Aquino, la esperanza es la virtud que otorga al hombre la confianza absoluta de que conseguirá la vida eterna y los medios para llegar a ella con la ayuda de Dios.
 Alimentarse alguien de esperanzas: es una expresión que significa esperar conseguir lo que se aspira o se pretende, aunque no existan muchos motivos para pensar que esto vaya a ser así.
Dar esperanza a alguien: significa darle a entender a una persona que aquello que quiere o espera, puede, efectivamente, lograrse.
  Llenar algo la esperanza: significa que una cosa corresponda con las expectativas que se habían formado sobre ella.
 

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