Preocupación y pérdida de energía o de voluntad. El término
tristeza es utilizado para designar a una de las sensaciones o emociones más
típicas y básicas que solemos sentir los seres humanos, consistiendo de un
estado anímico con un alto contenido negativo en el que la persona que lo
padece se siente abatida, con ganas de llorar constantemente y una bajísima
autoestima, es decir, no se siente ni lindo/a, ni inteligente, ni preparado
para hacer nada importante por su vida.
Emoción del ánimo que se caracteriza por un sentir de pena,
aflicción y angustia a causa de la sucesión de un hecho desafortunado o
doloroso
La tristeza se caracteriza entonces por ser un generador de
estados o sentimientos de desazón, aflicción, pena, angustia.
Todos hemos pasado por períodos de tristeza. Llegas a casa y
no tienes ganas de hacer nada, en tu mente solo hay un pensamiento, una obsesión
que te lleva a estar triste y llorar cada vez más.
Tus emociones y sentimientos solo te piden una cosa, dormir
porque con el sueño es como si se parara todo y como si te olvidaras de todo,
como si al despertar todo lo que has vivido y que te causa tanta tristeza solo hubiera sido una desagradable pesadilla pero no,
despiertas y rápidamente vuelven las malas emociones y la tristeza.
En esos momentos de tristeza parece que todo se acaba y cuando recordamos
anteriores épocas de tristeza nos damos
cuenta que como todo lo malo pasa con el tiempo y que con el tiempo terminamos
aceptando situaciones y hechos que en un principio nos negamos rotundamente a
admitir.
Cuando una persona sufre tristeza profunda en su química
corporal surgen una serie de cambios rotundos, en apenas segundos se puede
pasar de un estado a otro, se puede llegar a tener bipolaridad; estar eufórico,
contento y en unos momentos, por culpa de los recuerdos malos volver a un
estado catatónico triste.
¿Pero qué es lo que nos genera ese malestar? ¿Qué es lo que
nos avasalla con sentimientos negativos y sensaciones desagradables?
El primer paso de esa tristeza es el agobio a base de pensar
y pensar cada vez cosas más negativas y desagradables sobre lo que nos está
ocurriendo. Puede ser la muerte de un familiar, una enfermedad, la quiebra de
una empresa familiar, estar en el paro… Los desencadenantes de este embrollo
son muy variados y distintos entre si pero todos generan emociones y
sentimientos desagradables muy similares.
El agobio viene por el bombardeo de pensamientos que nos
conllevan a respuestas desastrosas y catastróficas para nosotros, ese constante
acoso de preguntas-respuestas catastróficas nos termina generando un agobio
enorme en todo el cuerpo.
Debido a tanto agobio comienza a surgir el estrés y
apoderarse de nosotros, nos planteamos el futuro, que pasará, nos imaginamos
mil situaciones y todas las conclusiones son una búsqueda satisfactoria que
como no llega acrecienta más y más el estrés. El tiempo pasa, no vemos una
solución y cada vez nos agobiamos más, nos estresamos más y con ello nos
hundimos más en el pozo y las emociones y sentimientos
La desesperación es esa sensación de que hagamos lo que
hagamos todo continuará igual y que todo continúe igual significa vivir
desolado como hasta ahora, con impotencia de no poder hacer un cambio o
remediar las cosas, nos desesperamos, sentimos mucha impotencia y esto se
traduce en tristeza, malestar, odio, ira y un tormento de emociones y
sentimientos negativos que vienen y van constantemente introduciéndonos en una
tristeza y cada vez más profunda.
Si sufres tristeza profunda más de una vez en tu vida y las
vas superando con éxito valdrás mucho como persona y saldrás muy fortalecido.
Los seres humanos nos hemos criado en la naturaleza, no en
lo artificial y es la naturaleza la que tanto nos relaja, no hay nada mejor que
un buen paisaje para relajarnos la vista, disfrutar y sentir paz en nuestro
interior.
Busca esa sensación de bienestar, valora los paisajes, el
momento y disfrútalo, todo esto te aliviará, relajará tu tristeza y depresión
para que puedas seguir con tu vida, aceptes lo que ha ocurrido y pases de
página aceptando lo que te depara la vida. Y de paso aprender a valorar estas
cosas hace que estés mucho más feliz y contento algo que no se vende en ningún
sitio pero que vale más que cualquier otra cosa que puedas desear o te puedas
permitir comprar con dinero.
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