La rebeldía supone una falta a la obediencia debida o al
mandato de la autoridad. Un empleado que desoye las órdenes de su jefe, un
policía que no hace caso a sus superiores, un estudiante que infringe las
normas impuestas por su profesor y un futbolista que decide no obedecer a su
entrenador son ejemplos de personas rebeldes.
La forma en la que se manifiesta una persona rebelde se
conoce como rebelión o rebeldía, que también puede estar asociado a otras
nociones tales como revuelta, sedición, motín o levantamiento.
En el ámbito del
derecho, rebelde es quien incumple una orden de un juez o no comparece en
juicio después de una llamada en forma: “Juan Echagaray fue declarado en
rebeldía por el tribunal ya que no se presentó a declarar”, “El testigo rebelde
aseguró que no asistirá a la sala ya que teme por su vida”.
Hay dos tipos de personas rebeldes, aquéllas que se
encuentran en una etapa de la vida donde la rebeldía es protagonista (la
adolescencia) y aquellas personas que poseen un espíritu rebelde que los lleva
a manifestarse en contra de todas las estructuras.
* Las primeras, se manifiestan contrarias a todo lo que no
escojan por propia voluntad porque necesitan demostrar que ya son
autosuficientes, pero su rebeldía desaparece cuando realmente se convierten en
adultos.
* Las segundas, demuestran un espíritu inquieto que las
acompaña durante toda su vida; suelen convertirse en artistas capaces de
imponer nuevas formas de expresividad. Este tipo de personas suelen tener
muchos seguidores pero también muchos enemigos, que los rechazan sólo por
manifestarse contra las ideas que ellos consideran supremas.
Durante la adolescencia solemos volvernos rebeldes porque
empezamos a descubrir nuestras características adultas y deseamos que se nos
respete. Nuestra forma de imponernos y de conseguir la aceptación en la
sociedad es rebelarnos ante nuestros superiores (padres, maestros, mayores). No
obstante, con el paso de los años ese espíritu rebelde suele aplacarse, cuando
llega la madurez del individuo.
En el caso de las personas que son rebeldes por naturaleza
cabe mencionar que suelen ser individuos de una gran seguridad en sí mismos y
que son inconformistas: siempre desean ir más allá de los propios límites y de
aquéllos que les imponga la sociedad. En este grupo podríamos mencionar a
muchísimos artistas que gracias a esa rebeldía fueron capaces de crear estilos
e imponer nuevas tendencias en la disciplina en la que se encontraban
explorando, como es el caso de Frida Kahlo. Muchos espíritus rebeldes son creativos
y, por ende, imprescindibles para la evolución del arte a lo largo de la
historia.
Un espíritu rebelde, además, como no soporta todo aquello
que se le desea imponer, rechaza los valores tradicionales buscando su propio
camino contra aquellas normas que se consideran fundamentales. Puede rechazar
por ejemplo los estudios académicos para autoeducarse e intentar alcanzar el objetivo
que desea por un sendero no tradicional.
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