Es aquel sentimiento o también considerado por muchos un
valor, a través del cual las personas se sienten y reconocen unidas y
compartiendo las mismas obligaciones, intereses e ideales y conformando además
uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta la ética moderna. A
instancias de la Sociología, el término solidaridad goza de una especial
participación en dicho contexto , siendo, como dijimos, un sentimiento que
supone la unidad de los lazos sociales que unirán a los miembros de una
determinada sociedad.
De este modo se dice que una acción es solidaria cuando está
orientada a la satisfacción de las necesidades de los otros y no a las propias.
Así, la idea de solidaridad expresa el apoyo a una causa ajena. En ese sentido,
se trata de un tipo de ayuda o colaboración que viene precedida por un
sentimiento de empatía por las circunstancias de los demás.
La solidaridad se puede entender desde una perspectiva
individual y colectiva y, por otro lado, como un fenómeno sociológico
relacionado con la dimensión moral del ser humano.
Si alguien toma la decisión de ayudar a otra persona o a un
colectivo necesitado está realizando una acción altruista y generosa, ya que
renuncia a una parte de su dinero o de su tiempo para destinarlo a quien más lo
necesita.
entre la solidaridad
mecánica y la orgánica. La primera se refiere a colaboración propia de los clanes primitivos,
en la que los individuos establecen lazos comunitarios y sentimientos
colectivos que propician la ayuda mutua. La solidaridad mecánica, en cambio, es
propia de las sociedades complejas y se lleva a término entre individuos que no
son semejantes sino que tienen diferencias significativas.
El concepto de solidaridad nos recuerda que existe su cara
opuesta, la insolidaridad. Las dos tendencias forman parte de la condición
humana y en algunas ocasiones se presentan al mismo tiempo, por ejemplo en la
guerra (la guerra en sí misma implica la destrucción del oponente pero en ella
se producen acciones altruistas y desinteresadas).
La idea de solidaridad la encontramos en diversos contextos.
Así, en la mayoría de tradiciones religiosas hay propuestas afines a la
solidaridad (recordemos la compasión o la caridad del cristianismo). Si nos
situamos en las coordenadas de la reflexión ética encontramos debates sobre el
concepto (por ejemplo, la discusión sobre el altruismo versus egoísmo). Por
otra parte, en la propia idea del estado se puede percibir un sentido de la
solidaridad (por ejemplo, las acciones promovidas por la administración que
tienen como objetivo ayudar a los más desfavorecidos).
La solidaridad implica inicialmente una ayuda desinteresada
a los demás. Sin embargo, en ella hay un claro componente de utilidad. De
hecho, si ofrecemos nuestra generosidad nos vamos a sentir mejor con nosotros
mismos y, por lo tanto, vamos a salir ganando de alguna manera.
Por último, la solidaridad es una consecuencia lógica de la
dimensión social del ser humano. En este sentido, tenemos el impulso natural de
satisfacer nuestras necesidades pero al mismo tiempo sentimos empatía por los
demás y este sentimiento es el origen de la acción solidaria.
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