La palabra molesto es un término recurrente en nuestras
conversaciones y generalmente la empleamos para querer dar cuenta de aquello
que nos causa molestia, o por otro lado, la usamos también para referir que tal
o cual sienten molestia por x situación. Su mal humor es tan molesto que toda
la oficina ya no soporta cuando se presenta así. Debo confesarte que estoy
molesta con vos porque no me gustó para nada que le comentes a Laura que me
separé de mi marido.
En tanto, la molestia se reconoce como un estado de ánimo de
las personas que se destaca especialmente por hacer sentir al individuo que lo
padece tanto incómodo como irritante, mientras tanto, en algunos casos hasta es
preciso que desemboque en sentimientos tan negativos como pueden ser la
frustración y la ira.
Vale destacar, que la persona que se molesta fácilmente por
cualquier situación es porque presenta una marcada tendencia hacia la
irritación, como una de las características salientes de su personalidad.
Otra cuestión insoslayable en relación al tema de la
molestia y por tanto a aquello que nos resulta molesto o que nos hace poner
molestos, es que aquello que origina la molestia en alguien no necesariamente
puede causarle la misma sensación a otro, y esto es lisa y llanamente porque la
misma es una cuestión absolutamente subjetiva, es decir, lo que para mi puede
ser molesto puede no serlo de ningún modo para otra persona.
Así es que por ejemplo si a mí la música alta me molesta, me
resultará sumamente fastidioso e insoportable que el vecino de arriba escuche
la música a todo volumen, en cambio, si a su vecino de al lado no lo incomoda
el volumen de la música en lo más mínimo no será una cuestión que le genere
molestia.
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