El concepto de persecución dispone de un uso extendido en
nuestro idioma y lo usamos cuando queremos indicar que alguien está siguiente a
otro u otros no de un modo normal sino que lo hace de manera persistente y
continúa, en algunos casos bien extremos hasta atosigándolos y generándoles una
concreta molestia por esa insistencia de seguir sus pasos a cada lugar que van.
También, la mencionada acción es desplegada por la prensa,
más precisamente por los paparazzis o por aquellos reporteros a los que les
toca cubrir noticias impactantes, porque en ese desarrollo de su profesión y de
conseguir la primicia, la foto de los protagonistas in fraganti, deben,
literalmente, seguirlos a cada lado que van, incluso hacer guardia en la puerta
de su casa hasta que salen.
Los famosos suelen quejarse de esta situación reiteradamente
porque consideran que ese seguimiento muchas veces transgrede la barrera de su
intimidad.
Por otra parte, el concepto de persecución se utiliza en el
ámbito de la política cuando alguien quiere manifestar que se siente objeto de
un acoso y maltrato por parte de las autoridades que gobiernan o por parte de
otra fuente de poder como consecuencia de no pensar del mismo modo que ellos lo
hacen.
Históricamente quienes se han manifestado de modo diverso
frente al poder de turno han sido perseguidos.
Muchas veces esa persecución consiste de una vigilancia de
cerca de todo cuanto hacen, dicen y con quienes se reúnen, obstaculizándoles
además sus manifestaciones públicas.
Pero en casos más extremos esa persecución puede consistir
en violencia física.
Y finalmente, el concepto se utiliza mucho también para dar
cuenta del seguimiento que la policía o una autoridad de seguridad efectúa
contra quienes acaban de cometer un ilícito, con la misión de detenerlos. A
pie, en auto o en moto, suele perseguirse a los delincuentes.
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