domingo, 11 de diciembre de 2016

RENCOR

El rencor es un sentimiento que con frecuencia experimentamos los seres humanos y que se destaca especialmente por un resentimiento férreo y que es muy difícil de desaparecer una vez que aparece. El rencor es un sentimiento que muestra que una persona se ha sentido herida por otra y como consecuencia de esta sensación de haber sido víctima de un daño injusto, la persona puede experimentar ira y rencor. Es decir, un sentimiento de rechazo hacia aquel que causó el motivo de malestar.
Una persona rencorosa es aquella a la que le cuesta olvidar las diferencias después de una discusión de pareja o con un amigo, necesita mucho tiempo para asimilar lo que ha pasado, perdonar y olvidar.
Dificultades para perdonar
Este es precisamente uno de los matices muy importantes para comprender el significado de lo que implica ser rencoroso: tener dificultades para perdonar lo ocurrido y pasar página. De este modo, a través del rencor, la persona se queda estancada en lo que ha pasado y recordando constantemente el motivo de la ofensa. Como consecuencia de esta actitud, una persona rencorosa puede tender a decisiones drásticas en las relaciones personales.
Por ejemplo, romper por completo el contacto con un amigo con el que se ha disgustado. Las personas rencorosas tienen dificultades para dar segundas oportunidades cuando se ha producido una fisura en una amistad. O incluso aunque continúen adelante con la misma, es posible que vuelvan a recordar lo que ha pasado una y mil veces.
El rencor es una losa sobre la espalda, una carga que afecta incluso a nuestra salud emocional puesto que roba la tranquilidad de ánimo. Por esta razón, por puro egoísmo y por salud emocional, conviene prioriozar el bienestar decidiendo de un modo consciente no seguir alimentando ese rencor por lo ocurrido.
La actitud de ser rencoroso de un modo habitual es un error ya que esta forma de actuar solo produce soledad y sufrimiento en aquella persona que termina encerrada en sí misma como consecuencia de su propia frialdad. El rencor también se alimenta del propio orgullo que a su vez es base de la soberbia. Por el contrario, la humildad es un límite para el rencor al hacernos tomar conciencia de que todo ser humano comete fallos y errores. Es decir, los demás pueden equivocarse, pero nosotros, también. Para reducir el rencor es positivo no tomarse tan en serio una ofensa.
Existe una variedad de sinónimos para este término que solemos también aplicar para referir esa repulsión marcada hacia alguien o algo, como ser: resentimiento, que refiere el enojo tras la sucesión de algún hecho que nos perjudica directamente; y el de encono, que implica un enojo muy, muy profundo.

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