El concepto que nos ocupa dispone de una utilización
recurrente en nuestra lengua, y dependiendo del contexto en el cual se la
emplee, la palabra satisfacción referirá diversas cuestiones.
Uno de los usos más difundidos del término es aquel que
refiere gusto, placer o alegría que un individuo experimenta, siente, por algo
o alguien.
Cuando alguien siente satisfacción por algo hecho,
cumpliendo por caso sus expectativas, deseos, objetivos, entre otros, se
sentirá indefectiblemente una gratificación.
La felicidad del deber cumplido como se dice popularmente.
El impacto de la satisfacción en el cerebro
Si la satisfacción es acompañada por la seguridad racional
de haber hecho lo que se encontraba a nuestro alcance, y encima con un grado de
éxito, tal situación contribuirá a sostener el estado armonioso en lo que a
funcionamiento mental respecta.
Por otra parte, debemos decir que la satisfacción dispone de
una gran cuota de subjetividad porque básicamente las personas somos todas
diferentes y no sentiremos la misma satisfacción ante la obtención de los
mismos resultados.
Hay personas que por sus características personales se
acomodan y aceptan quedarse con lo que tienen y con ello son felices, en tanto,
hay otros que son más exigentes o menos conformistas y entonces siempre quieren
más y más, y muchas veces sucede que jamás terminan satisfechos.
Este tipo de persona suele mostrarse más apesadumbrada y
quejándose, mientras que los que se alegran con la consecución de pequeñas
cosas suelen ser más optimistas y felices.
Asimismo, satisfacción implica el cumplimiento de una
necesidad, deseo o pasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario