domingo, 11 de diciembre de 2016

REGOCIJO

El regocijo es un tipo de alegría, aquella que experimentamos a nivel interno a partir de la satisfacción por un fin positivo. Por ejemplo, una persona que está enamorada y es correspondida, se recrea en el regocijo por el propio amor que deja un sabor dulce en el corazón. El amor es una de las principales causas de regocijo en nuestra vida. Los padres disfrutan de momentos de felicidad cotidiana compartidos en familia y se regocijan por la alegría de ver crecer a sus hijos felices y sanos.
Además, cualquier buena acción que realizamos de corazón y que nos hace darnos cuenta de que no existe mejor premio a la realización del bien que el bien en sí mismo, es también motivo de alegría interior. Por el contrario, la realización de una mala acción produce remordimientos de conciencia que se oponen a este tipo de tranquilidad de ánimo.
Y es que, el regocijo interior muestra un recrearse en el recuerdo de ese motivo de felicidad. Este sentimiento va acompañado de la serenidad de ánimo, la tranquilidad y la alegría. El arte también eleva el espíritu como muestra la contemplación estética de un cuadro, escuchar música clásica causa emociones agradables, el cine o un libro también son formas de entretenimiento cultural que pueden causar un gran regocijo en forma de deleite con la trama del argumento de la historia.
Los momentos de amistad profunda, esos instantes de corazón en los que compartimos momentos con amigos a los que no vemos tanto tiempo como nos gustaría, causan el regocijo del reencuentro que a su vez, deja un recuerdo prolongado en la memoria.
Una buena noticia inesperada, un hecho esperado y deseado que aporta un toque de luz a la rutina cotidiana también causa esta alegría en el corazón que ilumina la vida. En medio de la prisa con la que vivimos, el regocijo muestra ese recrearnos en los detalles de una causa que nos hace felices. La alegría no es un medio sino un fin en sí mismo.

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