sábado, 10 de diciembre de 2016

RESQUEMOR

Todos los sentimientos son igual de importantes y necesitan ser expresados ya que los seres humanos reaccionamos desde el punto de vista afectivo ante estímulos externos que provocan una respuesta. Los sentimientos no son positivos o negativos ya que en caso de clasificarlos de este modo podríamos vincular algunos de ellos con connotaciones negativas.
En realidad, los sentimientos son agradables o desagradables, es decir, producen unos efectos de bienestar como en el caso de la alegría, la esperanza, la ilusión, el gozo o el amor o también, pueden ser desagradables como muestran los efectos de la ira, la tristeza, el desánimo o el resquemor. ¿Qué es el resquemor? Un sentimiento de inquietud y desazón en el corazón que permanece en el tiempo más allá del hecho puntual que lo provocó. Es como si en cierta forma, la persona hubiese quedado estancada en aquello que pasó y se niegue a avanzar.
Una sensación de sabor amargo producida por una decepción concreta que produjo una herida interna. Una persona puede sentir resquemor hacia otra, es decir, experimenta desconfianza hacia ella. Incluso aunque la persona no le haya dicho a la otra cuáles son sus sentimientos, esa barrera interior produce un bloqueo en el diálogo, se establece un muro que impide que la relación fluya.
De hecho, la falta de expresión de los sentimientos y la falta de comunicación suele ser una de las principales causas de resquemor. Cuando un sentimiento se reprime tiende a brotar con más fuerza y a permanecer a lo largo del tiempo hasta poder ser sanado.
El resquemor puede estar causado por un disgusto personal que produjo desagrado y esa decepción causa una desazón que no se borra fácilmente. Todos los sentimientos nos transmiten información sobre nosotros mismos. El resquemor muestra que esa herida no ha sido superada.
¿Cómo se siente una persona que experimenta este sentimiento? Se siente apesadumbrada porque hay un dolor emocional que pesa en su corazón. Ausencia de paz interior como consecuencia del desasosiego que produce el resquemor de aquel que no puede olvidar su motivo de tristeza.
Es fundamental liberar las cargas negativas del corazón para sanar ese peso innecesario a través del perdón y la aceptación.

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