El término pertenencia es aquel que hace referencia a la
acción de pertenecer, de formar parte de o de ser poseído por alguien. El verbo
pertenecer en sí significa al mismo tiempo integrar algo o ser parte de algo
así como también ser posesión de otro, es decir, corresponder a sus órdenes o
mando. Sin embargo, el término pertenencia es normalmente relacionada con la
primera de las dos acepciones que tienen que ver con la idea de sentirse parte
de algo, de algún fenómeno o circunstancia, de algún grupo de personas o de
algún espacio.
La pertenencia aparece por lo general relacionada con la
noción de origen y la de procedencia. Ambas nociones son las que hacen que una
persona (o hasta un animal) pueda sentirse parte de un grupo de pares de
acuerdo a su origen, al lugar o al grupo en el que nació. De tal modo, el
sentimiento de pertenencia a un lugar, a una comunidad se da a partir de la
convivencia diaria en tal espacio y del compartir significados, símbolos,
tradiciones, acciones y formas de pensar con todos los restantes miembros. En el
caso de los animales, el sentimiento de pertenencia se limita a la manada a la
que se pertenece. El animal que es abandonado o despreciado por su manada es
sin dudas un animal que pierde parte de su ser.
En el caso del ser humano, obviamente, la noción de
pertenencia se vuelve mucho más compleja y traspasa el sentido del instinto. El
ser humano es quien crea su propio grupo social y todos los fenómenos sociales, culturales y físicos
que tienen lugar en él son los que unen a todos sus miembros y los hacen sentir
parte de ese todo, pero no de otro grupo.
La pertenencia está especialmente ligada en la actualidad a
la idea de nación ya que esta es la más clara representante de un grupo social
con el cual uno puede compartir el territorio, el sistema político, la
historia, el lenguaje, las tradiciones y las diferentes formas de sentir.
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