Se define Repudio como la acción de Repudiar, esto es,
rechazar alguna cosa amparándose en algún tipo de razón moral. El acto de
repudio se produce, por tanto, en situaciones en las que se observa una
conducta que consideramos reprochable y que creemos debería ser erradicada.
También se conoce como Repudio una figura legal de
disolución del vínculo matrimonial que en países de ámbito musulmán permite al
marido rechazar a la mujer de unilateralmente, sin necesidad de que exista
causa objetiva ni la mujer o el juez puedan oponerse.
En el código civil también se contempla el repudio de una
herencia, que es la desestimación de ésta por parte de un heredero.
Por lo general, el uso del verbo repudiar suele emplearse
para manifestar un grado de rechazo superlativo, mayor al que puede
considerarse habitual. El repudio se produce ante acciones que sacuden los más
íntimos valores de la persona. Acciones que resultan manifiestamente injustas o
dañinas, actos maliciosos o disriminatorios, o en general todas aquellas formas
de actuar que atentan contra la más elemental ética o moral.
El repudio no es una acción íntima. Debido a que el acto que
lo provoca sacude las estructuras de valor que una persona o grupo tienen en
torno a la vida, el individuo no se limita a ejercer su rechazo de manera
callada y personal, sino que necesita manifestarlo de forma evidente para que
todo el mundo tome conciencia de su disconformidad con aquella forma de
proceder.
En este sentido hay dos tipos de manifestación del repudio,
una espontánea y otra planificada. La espontánea se concreta en gritos o
manifestaciones de desaprobación, y es, por ejemplo, el tipo de actitud que
adopta el público que asiste a un partido de fútbol cuando asiste a una entrada
violenta que pone en peligro la integridad física de un rival.
La otra fórmula busca ir más allá y conseguir que quien ha
ejecutado la acción o realizado determinadas declaraciones, dé un paso atrás y
se retracte. Para ello suelen emplearse cartas, discursos, o incluso actos organizados
que ejerzan presión sobre quien ha realizado la ofensa.
El repudio es, por tanto, una manera de intentar erradicar
actitudes y modos de actuación que se considera no tienen cabida dentro del
marco de valores por el que se rige una sociedad.
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