sábado, 10 de diciembre de 2016

SEGURIDAD

La seguridad es el sentimiento de protección frente a carencias y peligros externos que afecten negativamente la calidad de vida; en tanto y en cuanto se hace referencia a un sentimiento, los criterios para determinar los grados de seguridad pecarán de tener algún grado de subjetividad. En general, el término suele utilizarse para hacer referencia al conjunto de medidas y políticas públicas implementadas para guarecer a la población del sufrimiento de delitos, en especial de aquellos que pongan en riesgo la integridad física.
El término seguridad posee múltiples usos. A grandes rasgos, puede afirmarse que este concepto que proviene del latín securitas hace foco en la característica de seguro, es decir, realza la propiedad de algo donde no se registran peligros, daños ni riesgos. Una cosa segura es algo firme, cierto e indubitable. La seguridad, por lo tanto, puede considerarse como una certeza.
 No obstante, las medidas más importantes para estimular la sensación de protección son las que intentan garantizar un nivel de vida digno para todos. De este modo, las decisiones que pretendan lograr una mejor distribución del ingreso, garantizar un sistema de salud accesible, brindar educación, etc., son de una importancia fundamental. En efecto, el nivel delictivo visible desciende en la medida en que se garantiza integración social a todos, o al menos existan medidas que se orienten en este sentido, en tanto y en cuanto se propende a una sociedad más justa. No en vano existe una correlación entre un mejor nivel de vida y un descenso del delito, mientras que se observa el fenómeno inverso en todos los países del mundo. De igual modo, las asimetrías sociales en los grandes núcleos urbanos (estratos con muy altos ingresos y grandes grupos de personas con necesidades básicas insatisfechas) se asocian con mayor inequidad y, con ella, con mayores índices de delincuencia.
Finalmente, el consumo de sustancias ilícitas se ha convertido en un factor desequilibrante en términos de la seguridad. Así, tanto con la meta de obtener mayores dosis de estos productos como con el fin de desinhibir las conductas para superar temores o limitaciones éticas o morales, el consumo de cocaína, cannabinoides o derivados de menor calidad de estas sustancias motiva en general hechos de faltade seguridad de mayor violencia o con resultados más graves.

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