El odio es aquel sentimiento de aversión, de rechazo muy
intenso, que una persona siente hacia otra o hacia algo. El odio es el
sentimiento más negativo que un ser humano pueda experimentar en su vida,
porque con él le desea el mayor mal posible, ya sea al sujeto u objeto odiado.
La enemistad y la repulsión son las dos cuestiones que se
vinculan más estrechamente con este sentimiento, en tanto, de existir alguna de
estas lo más probable es que esa situación que por ejemplo comenzó como una
enemistad a secas, luego, con el correr de los tiempos y de la acentuación del
sentimiento se transforme en puro odio.
El odio genera dos comportamientos bien concretos, por un
lado el de evitar aquello que se odia y por otro lado la destrucción de aquello
que genera odio. Cuando el sentimiento de odio se encuentra dirigido a un ser
humano puede verse materializado en insultos o agresiones físicas.
Tradicionalmente al odio se lo ha identificado como el
sentimiento opuesto al amor, de todas maneras, hay quienes sostienen que del
amor al odio y viceversa existe un muy corto camino, ya que por lo general el
odio es despertado por aquellas personas importantes.
Crease así o no, pero hay sobrados casos de la realidad que
nos demuestran que esta cuestión es ampliamente factible, por ejemplo, parejas
que se profesan un amor incondicional y de pronto de buenas a primeras se
detestan y no tienen miramientos a la hora de defenestrarse.
Entonces, si tenemos en cuenta esta cuestión, sería más
apropiado decir que el opuesto del amor es la indiferencia más que el odio.
Razones que mueven al odio y su vinculación la violencia, la
venganza, la ira y el desprecio
Entre las razones que llevan a alguien a sentir odio por
otro o por algo se cuentan que ese otro lo haya hecho sufrir o haya amenazado
su existencia y la de sus seres queridos.
Por tanto, la violencia resulta ser la consecuencia más
común del odio. Tanto en el aspecto personal, como mencionábamos en el párrafo
anterior, como en el ámbito social, todo aquello que remite a la violencia
generará un sentimiento de intenso rechazo.
Una cuestión que aparece muchas veces asociada al odio y
casi podríamos decir viene de la mano del mismo es la venganza,
Cuando alguien siente un profundo odio hacia otro o algo, es
ciertamente común que decida profesárselo, manifestárselo ideando y
desarrollando una venganza en su contra.
Las venganzas no son otra cosa que una reprimenda, un
castigo, que se ejerce contra la persona o aquello que es objeto de odio.
Y como ya señalábamos líneas arriba, sentimos odio por aquel
o aquello que nos ocasionó algún mal, por caso, la venganza resulta ser muchas
veces la respuesta inmediata y más corriente que se le atribuye al que se odia
por dañarnos.
Por otro lado, y además de la venganza podemos señalar a la
ira y al desprecio como reacciones que acompañan al odio.
Cuando sentimos odio es muy habitual que lo manifestemos con
un gran enojo para aquello que nos lo despierta, que gritemos, que golpeemos
contra ello para manifestarlo.
Y la otra manera de expresarlo es a través del desprecio,
que es lo mismo a no estimarlo, no tenerle consideración de ningún tipo a
aquello objeto de nuestro odio.
Como apreciamos de todo lo dicho, el odio es un sentimiento
híper negativo, no hay nada positivo alrededor de él y por tanto quien lo
siente se verá afectado por la oscuridad que genera este sentimiento y tenderá
a convertirse en alguien incapaz de sentir buenos sentimientos.
Por esto es que muchas veces se dice que sentir odio no es
para nada bueno ni saludable para nadie.
El odio, a la larga o a la corta, hará infeliz y triste a
quien lo siente, lo aislará.
Pensemos en la guerra sino, casi todas las guerras se
desencadenan por el enfrentamiento entre posturas divergentes que llevan esas
diferencias al límite y las dirimen con armas.
Y como sabemos el resultado de las guerras siempre es
negativo, hay uno que triunfa sí, pero siempre de los dos bandos se pierden
cosas, bienes, vidas, entre otras.
Por eso, el odio jamás conduce a nada bueno sino muy lo
contrario, tratemos de evitarlo.