Existen circunstancias de vida que son muy agradables pero
también hay otras que son realmente incómodas. En la rutina cotidiana pueden
producirse situaciones que sin tener un gran trasfondo negativo sí son motivo
de disgusto personal. Estas situaciones que producen un disgusto leve son
motivo de fastidio. Por ejemplo, un amigo siente fastidio cuando aquel con
quien había organizado un plan concreto lo anula en el último momento y
entonces, siente que sus ilusiones se rompen de golpe.
Una persona también experimenta fastidio cuando su jefe le
asigna tareas extra de forma imprevista y debe hacer horas de más en la oficina
para poder llegar a todo.
Experimentamos fastidio siempre que algo rompe con nuestras
expectativas a nuestro pesar y no podemos hacer nada al respecto, nada más que
aceptar la situación tal y como es. Es un fastidio que el vecino ponga la radio
a altas horas de la madrugada mientras esa falta de consideración con el
vecindario perjudica el sueño de los demás.
Una molestia concreta
Es un fastigio realizar un proyecto y una vez que lo tienes
muy avanzado debes invertir nuevamente mucho tiempo para hacer cambios y
modificaciones ya que hay muchos errores por corregir. El fastidio se produce
por el acontecimiento concreto y también, por las consecuencias que este ha
tenido en tu rutina inmediata y en tu ánimo. Un disgusto produce desagrado ya
que nos gustaría que las cosas se hubiesen dado de otro omdo.
Otro motivo de disgusto habitual es quedar con un amigo y
que este llegue con un cuarto de hora de retraso a la cita y ni siquiera avise
con antelación. El fastidio muestra las dificultades propias de la convivencia
social, cuando las expectativas distintas, la situación personal diferente de
cada uno y el modo de ser de cada persona hacen que no siempre sea fácil
cuadrar como las agujas de un reloj las ilusiones comunes para evitar que se
produzcan disgustos de última hora.
Tolerancia a la frustración
De hecho, mientras que para un niño cualquier cosa que rompa
sus expectativas puede ser motivo de rabieta (fastidio) por el contrario, en la
etapa adulta aprendemos a gestionar mejor estos imprevistos.
Una crítica negativa, un encuentro casual con una persona
que no te cae bien, una noticia negativa pueden ser también motivo de fastidio.
es una emoción o no?
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