jueves, 26 de enero de 2017

FIRMEZA

La palabra firmeza nos permite referirnos a la estabilidad y fortaleza que presenta un individuo como rasgo saliente de su personalidad, forma de ser. Quien dispone de firmeza en su actuar, pensar, etc., es porque finalmente ha logrado vencer los temores que determinadas situaciones o circunstancias a veces suelen despertar en los seres humanos. Entonces, quien demuestra firmeza no se rendirá ante la aparición de dificultades que amenacen con trastornar su misión, sino muy por el contrario, la firmeza otorga esa cuota de constancia que se necesita para la consecución de los objetivos propuestos.
De lo mencionado líneas arriba se desprende que también a partir de la palabra firmeza, podremos dar cuenta, en aquellos casos que lo merezcan, de la constancia y de la entereza que alguien dispuso para el logro de sus metas. Por ejemplo de aquel individuo que ante el objetivo de presentar su tesis para finalmente obtener su título de grado, se dedicó de lleno y exclusivamente a ello, investigando, estudiando, recopilando material documental y jamás se distrajo en su objetivo, diremos entonces con todo criterio y justeza que se dedicó con muchísima firmeza en el logro de su objetivo que era la realización de su tesis.
 La firmeza es la calidad de firme, siendo este vocablo originado en el latín “firmus” que alude a algo sólido y bien asentado. Cuando decimos por ejemplo “este suelo está firme o esta construcción está firme” hacemos referencia a que no se mueve ni se hunde, ni se cae. Luego de navegar o volar en avión, cuando se llega al continente se dice que se arribó a “tierra firme”.
Aplicado al carácter y decisiones de una persona; se lo atribuye a quien actúa sin dudas, con seguridad y sin vacilaciones, sabiendo lo que quiere, y cómo obtenerlo. Quien posee firmeza de carácter no se deja doblegar por las adversidades ni recibe influencias no deseadas. Es lo contrario de quien tiene un carácter sumiso y dubitativo. Ejemplos: “se debe tener un carácter con mucha firmeza para imponer disciplina a estos niños tan traviesos” o “su madre es tan posesiva, que sólo Juan de entre todos sus hermanos, por tener firmeza de voluntad, pudo estudiar lo que quería y no lo que ella pretendía”.
Se aplica también al cuerpo. Alguien tiene un cuerpo firme o provisto de formeza, cuando no está laxo, se sostiene. En general esto sucede en la niñez y juventud, ya en la edad adulta la firmeza (especialmente en el abdomen masculino y en los senos y glúteos femeninos) puede conservarse gracias a los deportes, a la gimnasia o a la cirugía.

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