Una inquietud es una preocupación que produce una
intranquilidad anímica, es decir, esta preocupación remite a un hecho que se
percibe como un peligro o una posible amenaza.
Además, cuando las preocupaciones se acumulan, entonces, se
produce un peso emocional que puede desbordar a la persona como muestra el
ejemplo de la depresión.
Además, desde el punto de vista de la salud anímica, la
inquietud también es una de las principales causas de estrés y ansiedad ya que
la preocupación remite al futuro, a un hecho que se observa como una amenaza
pero que todavía no se ha dado.
Desde este punto de vista, la inquietud es un claro ejemplo
de cómo una idea irracional del futuro puede robar calidad de vida en el
presente por imaginar posibles situaciones que desde el punto de vista del
ahora no son más que una hipótesis, es decir, una posibilidad que puede darse o
no darse.
Desde el punto de vista de la inteligencia emocional es
importante poner en práctica algunos consejos de ayuda para reducir estas
preocupaciones.
1. En primer lugar, es decisivo establecer metas a corto
plazo que ayuden a poner la atención en lo inmediato.
2. Para vaciar la mente de las preocupaciones también es muy
gratificante escribir en un diario esas ideas negativas o pesimistas para poner
orden en el mundo interior.
3. Por supuesto, también es muy saludable charlar con un
amigo de una forma distendida sobre estos miedos y dudas.
4. Caminar todos los días es una práctica de bienestar
necesaria para poner cuerpo y mente en forma. Caminar eleva los niveles de
optimismo y permite potenciar el nivel de concentración en el presente.
5. Es fundamental evitar la postergación en la toma de decisiones
ante un conflicto.
6. Aprende a diferenciar entre aquello que depende de ti y
aquello que no está en tus manos resolver. Existen personas que sufren por una
realidad que no pueden modificar.
7. Evita cargar con el peso del pasado. Es muy importante
caminar al ritmo de la realidad: en presente.
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