La palabra incapacidad se utiliza para hacer referencia a la
condición de inferioridad de capacidades o habilidades que una persona puede
presentar en su vida (desde su nacimiento, a partir de un evento específico o
en un momento particular que luego puede subsanarse). La incapacidad es, en
otras palabras, no contar con aquellas capacidades o habilidades que se
consideran dentro de los parámetros normales para un ser humano. Si bien hay
miles de diferentes tipos de incapacidades, podemos señalar dos principales que
son las más fáciles de observar o distinguir: las incapacidades físicas y las
mentales. En algunos casos también se puede hablar de incapacidad emocional
pero tal diagnóstico requiere un mayor conocimiento del carácter de una
persona.
La noción de incapacidad surge como oposición, obviamente, a
la de capacidad. Cuando hablamos de una incapacidad estamos haciendo referencia
a una condición en la cual una capacidad estimada como normal o regular en un
individuo, no está presente por diferentes razones. Un caso de incapacidad
puede ser la no posibilidad de caminar ya que se considera que una persona
luego de pasados los doce meses aproximadamente debe poder valerse por sí misma
para movilizarse. Otra incapacidad que se estipula a partir de lo que se
considera normal es por ejemplo algún tipo de retraso mental, por ejemplo
mantener un intelecto típico de un infante cuando la persona se halla ya en su
adultez.
El surgimiento de una incapacidad en la persona puede tener
diferentes causas o explicaciones. En algunos casos, las incapacidades físicas
pueden ser hereditarias y nacer ya la persona con ellas. En muchos otros, las
incapacidades relacionadas con el físico pueden aparecer luego de sufrirse un
evento traumático como un accidente automovilístico, etc. Por lo general, las
discapacidades o incapacidades mentales suelen estar presentes en la persona
desde su nacimiento o hacerse presentes en los primeros años de vida.
La noción de incapacidad siempre supone una estimación
negativa sobre la situación de la persona debido a que cualquier tipo de
incapacidad supone sufrimiento, dolor, incomodidad, falta de calidad de vida.
Sin embargo, y dependiendo del tipo de incapacidad de la que se hable, la
medicina y la psicología permiten establecer patrones de cura y tratamientos
que contribuyen para que el individuo pueda vivir lo mejor posible.
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