La frustración es una típica respuesta emocional que
manifestamos los seres humanos cuando se produce el fracaso de un deseo o
esperanza, es decir, consiste en un sentimiento híper negativo y desagradable y
que está en estrecha vinculación con las expectativas insatisfechas por no
haber podido conseguir lo que se buscaba o quería.
En tanto, un fracaso implica la falta de éxito que tiene
algo o la obtención de un resultado adverso, que obviamente no se esperaba.
Cabe destacarse que cuanto mayor es la voluntad que alguien
tiene para que ese hecho o evento se produzca de manera satisfactoria mayor
será la frustración si no se lo consigue.
La psicología es la disciplina que más ha abordado este tema
y por ello concluye que se trata de un síndrome que puede presentar diferentes
síntomas y que impacta de diversa manera en las personas y en relación al tipo
de personalidad que el interesado presente.
Es importante destacar que en algunos casos la frustración
puede desarrollar graves problemas psicológicos para quien la padece y
normalmente es imprescindible que esa persona reciba contención familiar y de
sus afectos y la asistencia de un profesional.
Los expertos en la materia distinguen varios tipos de
procesos que implican frustración: frustración por barrera (se da cuando hay un
obstáculo que impide lograr el fin deseado), frustración por incompatibilidad
de dos objetivos positivos (hay una posibilidad de lograr dos fines pero ambos
son incompatibles), frustración por conflicto evitación-evitación (prevalecen dos
situaciones negativas que generan la huida), frustración por conflicto
aproximación-aproximación (se genera por la indecisión que resulta de una
situación que propone resultados positivos y negativos en la misma escala).
Ahora bien, existen tres comportamientos básicos frente a la
huida: la respuesta agresiva, que es aquella que se caracteriza porque la
persona que padece la frustración saca a relucir toda su ira y entonces golpea
aquello que le causa la frustración.
Otra actitud habitual es la huida, es decir, la persona que
padece la frustración decide huir para ponerle punto final a la frustración que
padece.
Y finalmente se puede producir el mecanismo de sustitución
para evitar la situación frustrante y que consiste en cambiar el objetivo por
otro que provoque menos angustia, menos frustración.
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