El concepto de júbilo lo empleamos en nuestro idioma para
expresar la enorme, tremenda alegría que nos provoca algo o alguien y que
incluso es expresada por aquel que la experimenta de una manera muy intensa y
física. Es decir, el individuo que siente júbilo utilizará su cuerpo para
expresar su felicidad. Así, podrá gritar, llorar de alegría, saltar, bailar,
entre tantísimas maneras que nos ofrece nuestro cuerpo a la hora de
manifestarnos.
El júbilo, la alegría, son una de las emociones más comunes
que podemos vivir las personas y siempre estarán relacionados, vinculados a
algo súper agradable y bueno que nos pasa o sucede. Jamás el júbilo puede ser
la consecuencia de algo malo o negativo, porque justamente iría en contra de su
naturaleza.
Cuando alguien siente júbilo se siente híper recontra feliz,
desborda energía, vitalidad y asimismo sentirá que lo puede todo, con lo cual
es un estado ideal para emprender proyectos o para hacer aquellas cosas que se
dejan de lado cuando no se está del todo bien. Porque el júbilo, como decimos,
viene acompañado de una cuota enorme de energía que siempre será fundamental
para desarrollar planes y llevarlos a buen puerto.
Por otra parte, también podemos atribuirle un poder
contagioso porque seguramente quien está alrededor de alguien que siente júbilo
se verá atraído y afectado por esa energía tan positiva, y él también
seguramente se sienta muy bien.
Pero claro, también las emociones contrarias a esta como
podría ser la tristeza, asimismo, son emociones muy corrientes en las personas
y de alguna manera son las que nos permiten identificar, establecer, aquellos
momentos y cuestiones agradables y desagradables que experimentamos a lo largo
de nuestras vidas.
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