miércoles, 18 de enero de 2017

HUMILLACIÓN

La humillación es el acto a partir del cual un individuo es descubierto o puesto en evidencia en determinada situación, la cual generalmente es vergonzante, y esto se lo hace ante un público numeroso que contempla directamente la escena. La primera reacción que manifestará la persona humillada será la vergüenza.
Entonces, cualquier comentario, acción, que alguien despliega con la clara misión de denigrar de modo extendido a otro, especialmente al respecto de cuestiones como ser las creencias políticas, religiosas que ostenta o las preferencias sexuales a las que se inclina, entre otras alternativas, constituye una humillación.
Cabe destacarse que la destinataria directa que se afecta en una humillación es la dignidad de la persona en cuestión. Por ejemplo, en una reunión de amigos, uno de los miembros del grupo expone abiertamente la sexualidad de otro integrante que al momento guardaba con recelo y en la más absoluta intimidad tal información.
En la mayoría de las humillaciones existe un concreto atropello a los derechos humanos y por tal cuestión es que en el mundo existen diferentes organizaciones que velan por estos derechos que se enfrentan directamente a la humillación y proponen su absoluto y rotundo castigo.
Por tal cuestión es que también una importante cantidad de países admiten en sus legislaciones penas para determinadas humillaciones que afectan clara y profundamente algunos derechos.
Si bien la humillación es una situación a la cual la mayor parte de los seres humanos le huimos, existe una porción importante de personas que la aceptan y la consensuan en sus vidas como una práctica habitual y normal.
Algunas prácticas sexuales como el sadomasoquismo, que promueve la obtención de placer a partir de la implementación de actos crueles, le otorgan a la humillación un papel preponderante. En este tipo de relación es común que las parejas que la practican se humillen mutuamente, ya sea gritándose o infringiéndose daño físico.
También, es frecuente que la humillación aparezca en los espacios laborales y esté dirigida desde el sector de poder, de mando, hacia los sectores que no disponen de autoridad alguna. Un ejemplo clásico es el del jefe que continuamente humilla a un empleado a partir de comentarios hirientes o pidiéndole el cumplimiento efectivo de tareas insalubres.

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