martes, 17 de enero de 2017

IMPOTENCIA

Impotencia es la emoción que nos produce aquellas situaciones en las que queremos conseguir algo y vemos que no lo alcanzamos.
La sensación de Impotencia iría de la mano de la sensación de poder; el poder  que nos otorgamos para ir a por aquello que nos parece interesante.
En la vida diaria madres, padres y profesores sentimos impotencia en algunas  ocasiones, cuando trabajamos por una  superación personal. Todas las personas deseamos ver nuestros deseos cumplidos.
Si vivimos con esa sensación de impotencia, nuestra vida será más frustrante. En el día a día quién no se ha planteado cómo mejorar la comunicación con su hijo o su alumno o su jefe. Quién no ha querido, o se lo ha planteado, algo que al  final del día evalúa como imposible de llevar a término. Si vivimos agarrados a ese esfuerzo constante, derrochamos energía en algo, que a lo mejor la naturaleza nos presenta como inalcanzable. Por ejemplo, todos los padres y madres deseamos tener conversaciones enriquecedoras (donde reine la complicidad) con nuestros hijos adolescentes. Pero empeñados en ello, nos dará como resultado dosis enormes de impotencia. La naturaleza misma de la adolescencia, nos dice que será un tramo de la vida donde la comunicación se reducirá drásticamente y la complicidad no será contigo (mamá o papá) sino con personas casi siempre de la misma edad y sexo.
Qué claves podemos tener para disminuir esa sensación de impotencia. A continuación te presento una  claves con las que pretendo acompañar tu emoción y dotarte de herramientas para gestionar mejor tu impotencia.
En primer lugar te invito hacer un análisis real de tu impotencia. Responderte a las preguntas Qué quiero conseguir; Que estoy haciendo para conseguirlo; Cómo me siento cuando no lo consigo; Cuándo he intentado alguna de mis opciones y qué resultados he tenido. Estas preguntas pueden ayudarte a definir mejor tu impotencia. Tomando conciencia de la emoción, te permite abrir tu mente para ver nuevas posibilidades.
 La impotencia deriva de una sensación de no poder. Cambia el foco de visión hacia las cosas que sí puedes. Sobre las cosas que te hacen sentir poder. Sacando tus fortalezas a la luz, contribuirás a disminuir esa sensación de impotencia.
Pregúntate ¿qué tiene de bueno esta emoción de impotencia? ¿Qué obtienes?. Aunque sea una emoción desagradable, puedes tener una gran transformación personal. El sentir impotencia se puede convertir en un gran reto a superar. Puede hacer de revulsivo para aportarte un gran crecimiento personal.
Utiliza otros recursos. Explorar en tu pasado y recuperar recursos personales que te hayan servido en otros momentos, te dará valor y pueden poner fin a tu sensación de impotencia.

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