Se conoce como inseguridad a la sensación o percepción de
ausencia de seguridad que percibe un individuo o un conjunto social respecto de
su imagen, de su integridad física y/o mental y en su relación con el mundo.
Inseguridad emocional
Por ejemplo, la percepción de inseguridad suele estar
íntimamente vinculada con la psiquis y el estado mental de un individuo. De
acuerdo con sus vivencias, experiencias, entorno relacional y aspectos de
personalidad, un individuo puede sentirse más o menos seguro frente al mundo
respecto de su imagen, sus características físicas y mentales y su identidad.
Suele considerarse que aquellas personas más introvertidas o reservadas
respecto de su imagen pública son aquellas que padecen algún desorden de
inseguridad o baja autoestima, por ejemplo, en cuanto a su aspecto físico o,
por caso, en relación con determinados elementos de su personalidad y/o forma
de pensar. Sin embargo, muchos psicólogos también interpretan que una imagen
pública de excesiva confianza puede íntimamente ocultar un estado de
disconformidad o inseguridad con uno mismo.
Cabe destacarse que en muchos casos esta inseguridad puede
desembocar en complejos estados emocionales tales como la paranoia, excesiva
timidez que impide relacionarse con el entorno o directamente el aislamiento
social total. Cuanto más grande sea la inseguridad en este sentido mayor será
el aislamiento al que se someta la persona que la padece.
Orígenes de la inseguridad emocional
Sin excepciones los especialistas indican que la falta de
seguridad en este aspecto tiene su comienzo durante la infancia de la persona y
como consecuencia la misma se irán desarrollando diversos mecanismos de defensa
para defenderse de la misma, mientras tanto, esos mecanismos aflorarán cada vez
que la persona se sienta amenazada e irán conformando una red sobre el
individuo que luego será difícil de desentrañar.
Cómo superar la inseguridad emocional
No hay recetas absolutas, sin embargo, la psicoterapia es
una de las alternativas más efectivas a la hora de combatir la inseguridad
emocional. El terapeuta a través de los encuentros cotidianos con el paciente
lo pondrá frente a frente con sus inseguridades y de esta manera, al
enfrentarlas y reconocerlas sin escudarse en mecanismos psicológicos, podrá de
a poco superarlas.
El delito, la principal fuente de inseguridad social
Por otro lado, en un grupo social, la inseguridad es a
menudo producto del incremento en la tasa de delitos y crímenes, y/o del malestar,
la desconfianza y violencia generados por la fragmentación de la sociedad. .
El delito es lisa y llanamente la violación de la ley
vigente en un estado de derecho y que puede manifestarse de diversas maneras,
aunque, en todas ellas se encuentra muy presente la violencia.
El robo a mano armada, el secuestro, la violación, son
algunos de los delitos más habituales a los que los seres humanos nos podemos
enfrentar y que claro, exacerban nuestra sensación de inseguridad, es decir,
están estrechamente vinculados a la experimentación de inseguridad. Cuando en
una sociedad proliferan los casos de ataques sexuales, de robos, entre otros,
existirá entre los habitantes un estado de alerta constante y por supuesto
mucho miedo.
Por el contrario, podría definirse a la seguridad como el
estado de calma, defensa y protección en una sociedad o en un conjunto de
ciudadanos que, en consecuencia, conduce a una sensación de bienestar común. A
su vez, el concepto de seguridad ciudadana también puede referirse a las
prácticas de protección y defensa de la ciudadanía por parte del Estado o el
gobierno, en pos de transformar un escenario inseguro o violento en uno
socialmente armónico.
Globalización, el principal desencadenante actual de la
inseguridad
En las últimas décadas, producto del impacto de la
globalización en el orden económico, político, social y cultural, muchas
sociedades del mundo se han visto afectadas y fragmentadas. La diversidad
cultural y los movimientos migratorios que son resultado de estos nuevos
escenarios a menudo han contribuido a generar entornos en donde crecen los
grupos minoritarios y se incrementa la marginación. Ya no existe un sólo
conjunto social perteneciente a una nación o región, sino que múltiples
colectivos surgen en diversos espacios, estimulando la falta de pertenencia
geográfica y social y alentando el recelo, la desconfianza y la sensación de
inseguridad. A su vez, los países en vías de desarrollo se han visto
perjudicados por el desmedido crecimiento económico que favorece a ciertos
sectores de la población y desfavorece a grandes mayorías sumidas en el hambre
y la pobreza. La falta de educación, contención y recursos conduce a amplios
sectores sociales a situaciones de alienación y violencia que, en suma, contribuyen
a la sensación de inseguridad por parte de la sociedad en su conjunto.
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